
Pero las restricciones impuestas a nuestras vidas por el Covid-19 han propiciado algunas conductas y costumbres que han sido buenas para la salud personal, como ha sido el incremento de una actividad tan básica como es el caminar.
De hecho, las cifras globales muestran que el 39% de las personas dijeron que caminaban más que antes de la pandemia.
Los riesgos de viajar, y contagiarse, en los medios de transportes públicos, nos han empujado a usar con más frecuencia nuestras piernas en vez de viajar en buses, de la misma manera que las restricciones impuestas a los espacios confinados, han generado una necesidad imperiosa de salir a caminar por nuestras ramblas, parques y plazas, por el solo hecho de confraternizar con otras personas minimizando las posibilidades de contagiar o ser contagiados por el temido virus.
Las asociaciones y grupos vinculados a las actividades al aire libre han tenido un record de acciones durante el 2020, en especial en áreas rurales, y todo indica que, una vez que las vacunas hayan inmunizado a todo el mundo, la mayoría de los nuevos caminantes van a mantener sus nuevas rutinas, porque caminar ayuda a mantener un peso saludable, prevenir o controlar diversas afecciones, como las enfermedades cardíacas, la presión arterial alta y la diabetes. Fortalece los huesos y los músculos y mejora el estado de ánimo.
Entonces, con tapabocas y respetando la distancia social, mantengamos esta sana costumbre que tiene todo a favor y nada en contra.
Dario Queirolo / Pasaporte News
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