Darío Queirolo /// Es inevitable que la agónica situación que atraviesan las agencias de viajes uruguayas genere entre sus propietarios, tensiones y discusiones
sobre las medidas de apoyo que esperan del Estado; sobre la respuestas que pueden dar a los reclamos de los clientes y las denuncias que estos realizan en el Ministerio de Turismo; sobre las no muy favorables respuestas que reciben de muchas aerolíneas, y sobre varios otros puntos, pero sin dudas los mencionados son los más relevantes.Actualmente las agencias de viajes, cuya facturación desde marzo de 2020 ha sido casi inexistente, tienen varias situaciones que enfrentar a corto y mediano plazo, entre ellas la renovación de las pólizas de garantía de funcionamiento en el Ministerio de Turismo; la reprogramación de las devoluciones de depósitos o pagos completos realizados por los clientes; y si bien el seguro de desempleo de sus empleados está en vigencia hasta setiembre, muchos se preguntan si se renovará hasta fin de año en caso de que la reactivación de los viajes no mejore.
Cada caso implica transitar un camino muy distinto a los otros, ya que se involucra a diferentes Ministerios (Turismo, Economía, Trabajo), entes y empresas privadas.
Pero en todos los casos hay involucradas, como corresponde, dos asociaciones, la Asociación Uruguaya de Agencias de Viajes -AUDAVI-, y la Cámara Uruguaya de Turismo -CAMTUR-.
En los pasados días, un documento que la Cámara Uruguaya de Turismo piensa presentar al Ministerio de Turismo, y que involucra a las agencias de viajes, motivó que la Comisión Directiva de AUDAVI, en discrepancia con el manejo del mismo, resolviera renunciar al cargo que ocupa en la CAMTUR, que es la Vicepresidencia, a la vez que manifestaron su decisión de seguir siendo socios de la misma.
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