Darío Queirolo /// Thomas L. Friedman, uno de los columnistas más prestigiosos del New York Times,
cada vez que se refiere a un acontecimiento importante, como en el Medio Oriente ha sido el retiro de Estados Unidos en Afganistán, siempre apela a la misma regla, que es distinguir entre la mañana siguiente y la mañana después de la mañana siguiente.Salvando las distancias entre Afganistán y Uruguay, en todo sentido, si aplicamos el razonamiento de Friedman a la nube de rumores que se han instalado en el sector turístico uruguayo sobre una posible dimisión del Ministro de Turismo Germán Cardoso (perteneciente al Partido Colorado, del sector Batllistas de Julio María Sanguinetti) debido a denuncias realizadas por el ex Director Nacional de Turismo Martín Pérez Banchero (también del Partido Colorado de la lista 15 liderada por José Amorín Batlle), respecto a que las compras directas realizadas por Cardoso estaban por fuera de las normas, habría que preguntarse, ¿qué es lo mejor para el Ministerio de Turismo de Uruguay?, que en definitiva tiene todo que ver con el destino del turismo uruguayo. ¿El Presidente Lacalle Pou debe pedir la renuncia a Cardoso?
Cardoso está a punto de finalizar una gira por todo el Uruguay, iniciada meses atrás, junto al equipo técnico del Mintur, en donde habló y escuchó a los actores turísticos públicos y privados de casi todos los departamentos. Hasta la fecha, solo le falta visitar Rocha, Montevideo y San José, que tiene planificado hacerlo en las próximas semanas.
O sea, al igual que muchos Ministros de Turismo anteriores, que por ser cargos políticos, no son técnicos ni expertos en turismo, Cardoso ha tenido su período de aprendizaje. Se ha ido empapando de información y ha ido aprendiendo. Por otra parte ha estado bien acompañado y asesorado por parte del Viceministro Remo Monzeglio y el Coordinador y Lic. en Turismo Oscar Iroldi. Además se acaba de concretar el ingreso al Mintur de Roque Baudean, experto en turismo que viene de hacer una excelente gestión en el departamento de Colonia.
La decisión del Presidente Lacalle debería ceñirse a si los procedimientos realizados por Cardoso en las compras directas fueron correctos o incorrectos. Si ocurrió lo primero, Cardoso debe continuar ya que hay mucho por hacer. Si fueron incorrectos entonces Lacalle debería solicitar su renuncia.
Volviendo a Friedman, ¿qué pasa si aún sin comprobarse un procedimiento incorrecto de Cardoso se le pide la renuncia para silenciar las críticas?
Pensando en la mañana después de la mañana siguiente, ¿habrá valido la pena?
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Pensando en la mañana después de la mañana siguiente, ¿habrá valido la pena?
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