![taleb rifai Zurab Pololikashvili OMT](/images/2021/692/taleb-rifai-Zurab-Pololikashvili-OMT.jpg)
Rifai, que ve la paja en el ojo ajeno pero cuyo balance al frente de la OMT fue exactamente igual de irrelevante que el de su sucesor o el de su antecesor, explica que Pololikashvili no ha conseguido que la OMT haya desarrollado una función correcta ante el virus. Que le ha faltado liderazgo y voluntad política.
Observen que la OMT tiene cero credibilidad. Todo el mundo sabe para qué está, y todo el mundo sabe que no se puede esperar nada de una organización de este tipo. Simplemente porque no rinde cuentas a nadie, porque no responde ante nadie, porque no pasa ni por las urnas ni por la caja registradora. Supongamos que Pololikashvili lo hubiera hecho rematadamente mal, como dice Rifai, cosa muy probable. ¿Qué sanción recibirá la OMT? No lo notará ni en sus ingresos, ni en la continuidad en la gestión, porque a nadie le importa que vaya bien o mal, es una institución que interesa políticamente y, por ende, la hemos de aguantar.
Y eso es todo. Rifai nunca hizo nada de valor y su sucesor tampoco. De manera que las críticas son parte de un juego para la galería. Porque el problema es de diseño: una organización que no responde ante nadie está condenada a ser inútil en el mejor de los casos.
*. Editorial de el observador (España) a cargo de Javier Mato
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*. Editorial de el observador (España) a cargo de Javier Mato
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