LOS NUEVOS PIONEROS DE LA INDUSTRIA AEROESPACIAL
Una primera aproximación sería que son unos exitosos hombres de negocios y multimillonarios. Los tres hicieron su fortuna en emprendimientos típicos de esta era tecnológica postmoderna.
Bezos (izq., 48 años) fue uno de los fundadores de Amazon, la empresa multinacional de comercio electrónico y de servicios en la Web.
Musk (der., 40) ingresó al club de los multimillonarios con la creación de PayPal, una compañía especializada en el comercio electrónico, que posibilita la realización de pagos y transferencias seguras a través de Internet. Es además el Presidente de Tesla Motors, que se dedica a la construcción de automóviles eléctricos de alta gama.
Allen (59), el mayor de los tres, es uno de los co-fundadores de Microsoft, firma que no necesita presentación.
Todo esto comenzó – o recibió el impulso decisivo - con la decisión del Presidente Obama de cambiar las prioridades aeroespaciales que habían sido fijadas por su predecesor, George W. Bush. Un panel de expertos, presidido por el ex – Jefe Ejecutivo de Lockheed Martin, Norman Augustine, planteó que con los fondos de que disponía la NASA, los objetivos fijados para la combinación Ares (cohete lanzador) /Orion (cápsula espacial), que eran el suministro de la Estación Internacional Espacial y la exploración hacia la Luna, Marte y más allá, no podrían ser alcanzados.
Se decidió entonces dejar los vuelos a y desde la Estación Espacial a cargo de emprendedores privados, proveyendo fondos para estimular sus emprendimientos. Y utilizar los legados del programa Ares/Orion para una exploración espacial profunda (asteroides, Marte, etc), acompañándola del estudio de nuevas tecnologías, como sistemas de propulsión alternativos, depósitos de combustible en órbita, utilización de recursos provenientes de los cuerpos espaciales explorados, etc.
El Shuttle probó ser extremadamente delicado, muy caro de operar y expuesto a accidentes espectaculares, tal como las tragedias del Challenger (1986) y el Columbia (2003) tristemente lo demostraron. Pero el hecho es que una vez que la misión STS 135, llevada a cabo por el Shuttle Atlantis, aterrizó en el Centro Espacial Kennedy de la NASA el 21 de julio de 2011, la primera potencia espacial del mundo se quedó sin los medios para alcanzar la Estación Espacial Internacional, hacerle llegar suministros, retirar sus desperdicios y relevar sus tripulaciones.
Hasta que la apuesta realizada a favor de los emprendedores privados no lograra resultados, los EEUU dependerían de los europeos y japoneses para enviar y traer carga a y de la Estación Espacial y de los rusos tanto para carga como para transporte de seres humanos. Ya que solamente tres naciones tienen (o tenían, en el caso de los EEUU) la capacidad de enviar tripulaciones al espacio: el recién llegado - China, y las potencias tradicionales - EEUU y Rusia. Y las dos mayores poderes mundiales no han llegado todavía a un entendimiento en la aventura espacial.
El que en este momento parece más cerca de lograrlo es Elon Musk, Presidente de SpaceX, cuya empresa, después de varias demoras e intentos fallidos, logró hacer llegar hasta la Estación Espacial su cápsula Dragon montada en su cohete Falcon. La misión partió el 22 de mayo y el 25 logró acoplarse a la Estación. Tras lo cual, se descargaron suministros y se cargaron sobre todo desechos para su vuelta y procesamiento en la Tierra. El retorno está previsto para el 31. Si bien éste es un vuelo de prueba, es la primera vez que la Estación Espacial recibe un vehículo construido por empresarios privados. La calificación de la cápsula Dragon para transportar tripulantes no está muy lejos. Este logro pone a SpaceX en primera línea para lograr contratos multimillonarios con la NASA y vindicaría la visión de la Administración Obama en cuanto a la política relativa a la exploración espacial.
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Sin duda, quedan todavía muchas pruebas por delante, pero la aventura está recién comenzando y los resultados serán sin duda fascinantes.
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