
La oferta gastronómica en esta ciudad y en toda la provincia es enorme y exquisita, lo que no es de extrañar, teniendo en cuenta la diversa procedencia de sus pobladores. Los mariscos y pescados son deliciosos, como la centolla, la merluza negra, las truchas y por consiguiente las paellas con frutos de mar. También el helado de calafate y las mermeladas de cereza negra y rosa mosqueta son memorables.
Pero el plato que caracteriza a Tierra del Fuego, y es una verdadera exquisitez es el cordero patagónico, famoso por su carne muy tierna.